jueves, 12 de marzo de 2009

Últimos día de mi vida


En 1626 volví a Córdoba, en este año caí enfermo con la consecuencia de que no podía ni coger la pluma para escribir. A causa de épocas muy malas quedé arruinado y por eso en mi testamento no nombré a nadie por que yo pensé ¿Para qué dejar deudas a mi familia? y me llevé mis deudas a la tumba. Lo único que puse en mi testamento fue que me enterraran junto a mis padres para estar mas cerca de ellos( y aquí estoy esperando que llegue mi hora) Lo único que pido es que me recuerden como un buen escritor.

2 comentarios:

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  2. El pobre Góngora se marchó a Córdoba a morirse, pues Quevedo le compró la casa para darse el gustazo de echarlo. ¿Qué iba a hacer, pobre, enfermo y sin un maradeví? Pues eso, volver a casa. Un saludo gongorino.

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